Colegio de los Jesuitas
Se situó primero dentro de la acrópolis para después, en 1555, ocupar un edificio propio en el lugar en el que se construyó el Parador de Turismo.
Durante las obras de construcción se encontraron varias sepulturas antropomorfas que se conservan en el castillo. González de Ulloa dijo de él que “era de bella fábrica; sobre todo la iglesia está hecha al modelo del Colegio Imperial de Madrid”. Los jesuitas se instalaron en la fortaleza bajo el amparo del III Conde de Monterrei, Alonso de Acevedo, impartiendo clases de gramática, artes y teología, inicialmente a 23 escolares. En 1590 el alumnado ascendía a 1.200, según el Padre Astrain. Pudo ser este colegio la segunda universidad gallega, contando en épocas con más alumnos que Santiago de Compostela. Con la expulsión de los jesuitas en el año 1767, el Colegio sufre expolio y ve dispersado su patrimonio.